O'Neill en California
El único dramaturgo estadounidense que ganó un Premio Nobel, Eugene O'Neill, eligió vivir en el norte de California en el momento de mayor esplendor de su carrera de escritor. Aislado del mundo y rodeado de las paredes de su hogar, O'Neill escribió sus últimas y más memorables obras de teatro: "The Iceman Cometh" (Llega el hombre de hielo), "Long Day's Journey Into Night" (Largo viaje hacia la noche) y "A Moon for the Misbegotten" (Una luna para el bastardo).
De todos los lugares que Eugene O'Neill llamó hogar durante su agitada vida, la Casa Tao, fue el lugar donde pasó más tiempo, el refugio donde escribió sus últimas obras. A comienzos de 1937, él y Carlotta vivían en un hotel de San Francisco. "No roots, No home" (Sin raíces, sin hogar), escribió Carlotta mientras buscaban un lugar para vivir. Atraídos por la privacidad y el clima del valle de San Ramón, compraron una hacienda de 158 acres (64 ha) cerca de Danville y planificaron el que O'Neill esperaba que fuera su última morada.
Eugene y Carlotta pasaban la mayor parte de las noches leyendo. La privada pareja llevaba una vida tranquila en las habitaciones frescas y oscuras de la Casa Tao.
El interés de O'Neill en la filosofía oriental y la pasión de Carlotta por el arte y la decoración oriental inspiraron el nombre Casa Tao. El taoísmo es una de las tradiciones religiosas más significativas de China. "Tao", normalmente traducido como "el camino", es el término dado a la realidad básica que da vida al mundo visible. O'Neill estaba al tanto de conceptos taoístas, algunos de los cuales reflejaban sus propias ideas dramáticas. El mar simbolizaba para él "las fuerzas inescrutables detrás de la vida, que es mi ambición, así sea una débil sombra … en mis obras".
El dramaturgo Eugene O'Neill fue galardonado con cuatro premios Pulitzer y con el Premio Nobel de Literatura. En la privacidad del estudio de su casa Tao, "enfrentó a sus propios fantasmas", escribiendo la obra autobiográfica "Long Day's Journey Into Night" (Largo viaje hacia la noche). Escribió cinco obras mientras vivió en Danville, de 1937 a 1944.
Mientras O'Neill escribía, Carlotta enfocó su propia energía creativa en la casa. Combinando un exterior estilo español colonial de bloques parecidos al adobe, con un interior de cielo rasos azules profundos y puertas rojas, pisos en baldosa o pintados de negro y mueblería china, la llamó su "casa pseudo-china". Debido a que los ojos de Carlotta eran extremadamente sensibles a la luz, la mayoría de las persianas estaban cerradas. La oscuridad y las imágenes fantasmagóricas reflejadas en espejos coloridos, creaban un atmósfera sombría y cerrada que incomodaba a algunos visitantes.
Sentado en su adorado piano "Rosie", el dramaturgo Eugene O'Neill esboza una rara sonrisa. La música es un elemento creativo importante en muchas de las obras que O'Neill escribió en la Casa Tao desde 1937 hasta 1944. Se rumora que el piano era originario de un burdel de Nueva Orleans.
Si bien los O'Neill raramente pasaban la noche fuera de su Casa Tao, y Carlotta solía mantenerse distante de las personas —en especial cuando el "Maestro", como ella solía llamarlo, estaba trabajando— la pareja no llevaba una vida recluida. Familiares, amigos y viejos compañeros dramaturgos de O'Neill los visitaban. O'Neill disfrutaba la jardinería y asistía a partidos de fútbol americano, en donde el muy privado hombre disfrutaba de un raro anonimato entre el público. Sin embargo, cuando su salud se lo permitía, pasaba el tiempo principalmente inmerso en sus obras, trabajando en varias a la vez. Aislado por gruesas paredes y las tres puertas que llevaban a su estudio, y con Carlotta asegurándose de que su privacidad no fuera interrumpida, su energía creativa fluía por días e incluso semanas ininterrumpidos. Se levantaba temprano y normalmente trabajaba sin interrupción desde las primeras horas de la mañana hasta más o menos la 1:00 p. m. Después del almuerzo, generalmente tomaba una siesta, nadaba en la piscina o caminaba con Carlotta, aunque algunas veces trabajaba sin interrupción hasta la noche. También dedicaba su tiempo a su perro Blemie, algo así como el hijo sustituto de la pareja. En las noches, normalmente leían o escuchaban su colección de discos de jazz y blues.
La belleza y el aislamiento de la zona rural de California le brindaron a Eugene O'Neill el refugio ideal. Si bien la Casa Tao resultó no ser el "puerto final" que O'Neill añoraba, fue su hogar y el de Carlotta Monterey O'Neill desde 1937 hasta 1944.
Mientras vivió en la Casa Tao, O'Neill rechazó las peticiones de producir las obras que escribió allí. Primero, deseaba completar cinco de las obras del ciclo. No quería que las otras se pusieran en escena antes de que la guerra terminara. Durante estos años le dio la espalda a la "tienda del espectáculo", su término para referirse al mundo del teatro. Dedicó su tiempo al "agotador" trabajo en el ciclo y transformó su propio pasado en obras autobiográficas que hicieron de él el dramaturgo más importante de Estados Unidos.