Last updated: January 11, 2024
Place
Recorrido autoguiado - Nave
Pase por la entrada arqueada al salón central de la iglesia, la nave. En esta sala impresionante, los indígenas y colonos españoles rezaban y celebraban la misa todos los días. No había bancos. La gente se arrodillaba o se paraba durante los servicios. A lo largo de las paredes hay cuatro altares laterales donde se podrían colocar velas devocionales. En las paredes hay nichos donde estuvieron situadas estatuas vistosas de santos.
A lo largo de las paredes interiores, la deterioración y el desgate debido al clima ha expuesto los ladrillos de adobe, los cuales fueron hechos por los residentes de la misión. Las paredes estaban pintadas de colores brillantes. Fueron decoradas por las manos firmes de artesanos indígenas y españoles.
Con el amanecer del sol, las familias y las personas que vivían en la misión se dirigían a la nave para reunirse y comenzar el día. Es probable que hombres y mujeres fueron separados por sexos, la cual fue una costumbre de la época colonial. Aquí, los indígenas aprendieron y practicaron nuevas tradiciones religiosas en nuevos idiomas. Adoptaron un nuevo dios y establecieron una nueva perspectiva mundial bajo la dirección de los padres. En este espacio hubo lágrimas tanto de alegría como de tristeza. Hubo pérdida, celebración, aprendizaje y cambio.
Poco después de que los residentes se fueran en 1848, los colonos locales se llevaron las vigas del techo para usarlos en otro lugar. Durante los siguientes setenta años, la nave estuvo expuesta y fue dañada por el clima. Los saqueadores, en busca de un tesoro jesuita que nunca existió, escarbaron agujeros en las paredes y los pisos.